A lo largo de la presente semana el testimonio de diversos equipos directivos, con el alumnado ya a punto de pisar las aulas, nos han hecho llegar a una conclusión rotunda: los grupos estables de convivencia no serán posibles en los centros de enseñanza.
Los motivos principales se encuentran en la falta de suficiente personal – nadie sabe dónde están los 400 docentes del cupo extraordinario- y espacios para poder mantener los “grupos burbuja” en madrugadores, en el comedor, en los desdobles de la enseñanza de valores y religión –católica, musulmana y evangélica-, en otro tipo de desdobles (idiomas, las pocas optativas que han sobrevivido a una menor oferta, etc.) y no digamos con el trasporte escolar al 100 % de la ocupación con la “nueva normalidad” reestablecida curiosamente justo a tiempo para el inicio de las clases.
La pandemia se extenderá dentro de los centros educativos, un desastre anunciado.
«Libres son quienes crean, no quienes copian, y libres son quienes piensan, no quienes obedecen. Enseñar, es enseñar a dudar.»